Al día siguiente de Toledo , quiero hacer algo suave, por lo que llevo a Ana al Jardín Botánico, ya que es fanática de las plantas.
Aunque la visita no le entusiasmo mucho, ya que no vio nada muy diferente a Chile y las plantas aún no florecían (maldita primavera que no llega).
Entre el agua y el viento fresco me dan ganas de ir al baño y para variar el de hombres lo ponen a kilómetros y el de damas al lado; me asomo al de mujeres y entro a mear rápido. El problema es que cuando entré a la caseta entra un grupo de 6 respetables damas de promedio 80 años que no paran de cotorrear y quejarse que todas las casetas estaban ocupadas... al ver que yo no salía se preocupan y me golpean la puerta preguntándome si me encuentro bien... y para ahorrarme una vergüenza y un golpe de parte de las señoritas (ya que hasta habian contado sus anécdotas de hasta como se meó una al no poder aguantarse), decido , con mi mejor voz de abuelita decir un:
" estoy bieeen"dejándolas más tranquilas:
"claro, como usted ni se le oye respirar nos preocupamos, con un sí nos basta"
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